La reina Ranavalona III, la última monarca de Madagascar, es depuesta por una fuerza militar francesa.

Ranavalona III (pronunciación malgache: [ranˈfalunə̥]), nacida como Princesa Razafindrahety el 22 de noviembre de 1861, fue la figura culminante de una era gloriosa y el triste presagio de su fin. Ella ostentó el título de la última monarca reinante del longevo Reino de Madagascar, gobernando desde el 30 de julio de 1883 hasta el 28 de febrero de 1897. Su reinado, aunque breve, se vio ineludiblemente envuelto en la vorágine de las ambiciones coloniales europeas, particularmente las de Francia, marcando una época de esfuerzos heroicos pero finalmente infructuosos para preservar la independencia de su nación insular.

El Reino de Madagascar, bajo la dinastía Merina, había forjado una historia de unificación y consolidación de poder en gran parte de la isla, resistiendo durante décadas la creciente presión de las potencias occidentales. Cuando Ranavalona II falleció, Razafindrahety, una joven de la nobleza Andriana y sobrina de la difunta reina, fue cuidadosamente seleccionada entre otras candidatas calificadas para ascender al trono. Esta elección no solo se basaba en linaje, sino también en consideraciones políticas que buscaban estabilidad y continuidad.

Un Reinado Bajo la Sombra del Colonialismo

Siguiendo la tradición de sus dos predecesoras, Ranavalona III contrajo matrimonio político con Rainilaiarivony, un miembro prominente de la élite Hova. Rainilaiarivony no era un recién llegado al poder; había servido como Primer Ministro durante décadas, y su influencia en el gobierno era tan vasta que, de facto, era él quien supervisaba la administración diaria del reino y gestionaba la intrincada red de asuntos exteriores. Su matrimonio con Ranavalona III, al igual que con Ranavalona II y Rasoherina antes que ella, consolidaba su posición como la figura política más poderosa de Madagascar, mientras que la reina servía como el símbolo de la soberanía y la unidad nacional.

A lo largo de su reinado, Ranavalona III, con el consejo y la guía de Rainilaiarivony, se esforzó incansablemente por salvaguardar la autonomía de Madagascar. Sus estrategias se centraron en fortalecer los lazos comerciales y diplomáticos con otras potencias extranjeras, como el Reino Unido y Estados Unidos, con la esperanza de contrapesar la creciente influencia francesa. Sin embargo, estas iniciativas se enfrentaron a la implacable expansión del imperialismo francés, que veía en Madagascar un premio estratégico en su "Scramble for Africa" o Reparto de África.

Los designios coloniales franceses se manifestaron en una serie de agresiones militares. Ataques a ciudades portuarias costeras, vitales para el comercio y la defensa, fueron seguidos por un asalto decisivo sobre la capital, Antananarivo, en 1895. La resistencia malgache fue valiente, pero las fuerzas francesas, con su superioridad armamentística y tecnológica, lograron capturar el palacio real, conocido como la Rova. Este evento marcó el fin de una soberanía que había durado siglos, disolviendo de facto la independencia política del reino.

Exilio y el Fin de una Dinastía

Tras la conquista, los franceses permitieron inicialmente a Ranavalona y su corte permanecer en Antananarivo, actuando como figuras simbólicas sin poder real. Sin embargo, esta situación de calma aparente se desmoronó rápidamente. El estallido de un virulento movimiento de resistencia popular, conocido como la Rebelión de Menalamba (los "Pañuelos Rojos"), y el descubrimiento de supuestas intrigas políticas antifrancesas dentro de la propia corte real, sirvieron como pretexto para que las autoridades coloniales actuaran con mayor contundencia. Temiendo que la presencia de la reina legitimara la resistencia, los franceses decidieron exiliarla.

El 28 de febrero de 1897, Ranavalona III fue enviada a la isla de Reunión, una posesión francesa en el Océano Índico. Pocos meses después, en el mismo año, el formidable Rainilaiarivony falleció en Argel, adonde también había sido exiliado. La reina, junto con varios miembros de su familia y un pequeño séquito de sirvientes, fue posteriormente trasladada a una villa en Argel, entonces parte de la Argelia francesa. Este traslado tenía como objetivo alejarla aún más de Madagascar, impidiendo cualquier posibilidad de que se convirtiera en un faro para la resistencia.

En su exilio argelino, Ranavalona III y su séquito disfrutaron de un nivel de vida relativamente cómodo. Recibían una asignación del gobierno francés y, en ocasiones, incluso realizaban viajes a París para ir de compras o hacer turismo. A pesar de estas comodidades, la reina nunca dejó de añorar su hogar. Sus reiteradas peticiones para regresar a Madagascar fueron sistemáticamente denegadas por las autoridades francesas, que temían su potencial para galvanizar el sentimiento nacionalista. Esta prohibición de regresar a su tierra natal fue una fuente de profunda tristeza para ella.

Ranavalona III falleció en su villa de Argel el 23 de mayo de 1917, a la edad de 55 años, a causa de una embolia. Fue enterrada en Argel, lejos de la tierra que había gobernado y amado. Sin embargo, la historia tenía reservado un último capítulo para la última reina de Madagascar. Veintiún años después de su muerte, en 1938, sus restos fueron desenterrados y finalmente repatriados a Madagascar. Con honores, fueron depositados en la tumba de la reina Rasoherina, ubicada en los sagrados terrenos de la Rova de Antananarivo, el complejo palaciego real. Allí, finalmente, la última soberana de Madagascar encontró el descanso eterno junto a sus ancestros, completando un viaje de vida y exilio que simboliza la trágica pero resiliente historia de su nación.

Preguntas Frecuentes (FAQs)

¿Quién fue Ranavalona III?
Fue la última reina reinante del Reino de Madagascar, gobernando desde 1883 hasta 1897. Su reinado estuvo marcado por los esfuerzos para resistir la colonización francesa.
¿Por qué fue la última soberana de Madagascar?
Su reinado terminó con la invasión y colonización francesa de Madagascar en 1895, que disolvió la monarquía y estableció el control colonial directo sobre la isla.
¿Cuál fue el papel de Rainilaiarivony en su reinado?
Rainilaiarivony fue el poderoso Primer Ministro de Madagascar y esposo de Ranavalona III (y de las dos reinas anteriores). Él era el poder político detrás del trono, manejando la administración diaria y la política exterior del reino.
¿Por qué y a dónde fue exiliada Ranavalona III?
Fue exiliada por los franceses en 1897, primero a la isla de Reunión y luego a Argel (Argelia), debido al temor de que su presencia legitimara la resistencia contra la ocupación francesa, especialmente la Rebelión de Menalamba.
¿Cómo fue su vida en el exilio?
Aunque recibió una asignación y disfrutó de ciertas comodidades, incluyendo viajes a París, su vida en el exilio estuvo marcada por la tristeza y el anhelo de regresar a su hogar en Madagascar, un deseo que nunca le fue concedido.
¿Fueron repatriados sus restos a Madagascar?
Sí, veintiún años después de su muerte en Argel en 1917, sus restos fueron desenterrados en 1938 y repatriados a Madagascar, donde fueron depositados en la tumba de la reina Rasoherina en la Rova de Antananarivo.
¿Qué fue la Rebelión de Menalamba?
Fue un movimiento de resistencia popular malgache ("Pañuelos Rojos") que estalló contra la ocupación francesa. Aunque suprimida, la rebelión fue utilizada como un pretexto por los franceses para exiliar a Ranavalona III y consolidar su control.