Marius Petipa, bailarín y coreógrafo franco-ruso (m. 1910)

Marius Ivanovich Petipa (en ruso: Мариус Иванович Петипа), nacido Victor Marius Alphonse Petipa (11 de marzo de 1818 - 14 de julio [ OS 1 de julio] de 1910), fue un bailarín, pedagogo y coreógrafo francés. Petipa es una de las maestras de ballet y coreógrafas más influyentes en la historia del ballet.

Marius Petipa se destaca por su larga carrera como Premier maître de ballet (Primer maestro de ballet) de los Teatros Imperiales de San Petersburgo, lo que lo convirtió en Maestro de ballet y coreógrafo principal del Ballet Imperial (hoy conocido como Ballet Mariinsky), cargo que ocupó. desde 1871 hasta 1903. Petipa creó más de cincuenta ballets, algunos de los cuales han sobrevivido en versiones fieles, inspiradas o reconstruidas del original. Entre estas obras, se destaca por La hija del faraón (1862); Don Quijote (1869); La bayadera (1877); El talismán (1889); La bella durmiente (1890); El cascanueces (coreografiado conjuntamente con Lev Ivanov) (1892); Le Réveil de Flore (1894); La parada de caballería (1896); Raymonda (1898); Les Saisons (1900) y Les Millions d'Arlequin (también conocido como Harlequinade) (1900).

Petipa revivió un número sustancial de obras creadas por otros coreógrafos. Muchos de estos avivamientos se convertirían en las ediciones definitivas en las que se basarían todas las producciones posteriores. Los más famosos de estos renacimientos fueron Le Corsaire, Giselle, La Esmeralda, Coppélia, La Fille Mal Gardée (con Lev Ivanov), El caballito jorobado y El lago de los cisnes (con Lev Ivanov). obras originales y reposiciones a pesar de que los ballets de larga duración que las engendraron habían desaparecido del repertorio del Ballet Imperial. Muchas de estas piezas han perdurado en versiones basadas en el original o coreografiadas de nuevo por otros: el Grand Pas classique, Pas de trois y Mazurka des enfants de Paquita; Le Carnaval de Venise Pas de deux de Satanella; El Talismán Pas de deux; La Esmeralda Paso a dos; el Pas de deux de Diana y Actéon; La Halte de Cavalerie Pas de deux; el Don Quijote Pas de deux; La Fille Mal Gardée Pas de deux; y la Arlequinada Pas de deux.

Todas las obras de larga duración y las piezas individuales que han sobrevivido en la interpretación activa se consideran piedras angulares del repertorio de ballet.