Adolfo, Gran Duque de Luxemburgo (n. 1817)

Adolfo (Adolf Wilhelm August Karl Friedrich; 24 de julio de 1817 - 17 de noviembre de 1905) fue Gran Duque de Luxemburgo desde el 23 de noviembre de 1890 hasta su muerte el 17 de noviembre de 1905. El primer gran duque de la Casa de Nassau-Weilburg, sucedió al Rey Guillermo III. de los Países Bajos, poniendo fin a la unión personal entre los Países Bajos y Luxemburgo. Adolfo fue duque de Nassau desde el 20 de agosto de 1839 hasta el 20 de septiembre de 1866, cuando el ducado fue anexado al Reino de Prusia.

Adolfo se convirtió en duque de Nassau en agosto de 1839, tras la muerte de su padre Guillermo. El Ducado fue anexado a Prusia después de la derrota de Austria en la Guerra Austro-Prusiana. De 1815 a 1839, el Gran Ducado de Luxemburgo fue gobernado por los reyes de los Países Bajos como una provincia de los Países Bajos. Tras el Tratado de Londres (1839), el Gran Ducado de Luxemburgo se independizó pero permaneció en unión personal con los Países Bajos. Tras la muerte de sus hijos, el rey holandés Guillermo III no tuvo herederos varones que lo sucedieran. En los Países Bajos, las mujeres podían acceder al trono. Sin embargo, Luxemburgo siguió la ley sálica que prohibía a las mujeres la sucesión. Así, a la muerte del rey Guillermo III, la corona de los Países Bajos pasó a su única hija, Guillermina, mientras que la de Luxemburgo pasó a manos de Adolfo de acuerdo con el Pacto de la Familia de Nassau. Adolphe murió en 1905 y fue sucedido por su hijo, William IV.