Yukio Mishima, autor, actor y director japonés (n. 1925)

Yukio Mishima (三島 由紀夫, Mishima Yukio, 14 de enero de 1925 - 25 de noviembre de 1970), nacido Kimitake Hiraoka (平岡 公威, Hiraoka Kimitake), fue un autor, poeta, dramaturgo, actor, modelo, sintoísta, nacionalista y fundador de Japón. Tatenokai (楯の会, "Sociedad Escudo"), una milicia civil desarmada. Mishima es considerado uno de los autores japoneses más importantes del siglo XX. Fue considerado para el Premio Nobel de Literatura en 1968, pero el galardón fue para su compatriota y benefactor Yasunari Kawabata. Sus obras incluyen las novelas Confesiones de una máscara (仮面の告白, Kamen no kokuhaku) y El templo del pabellón dorado (金閣寺, Kinkaku-ji), y el ensayo autobiográfico Sol y acero (太陽と鉄, Taiyō to tetsu). La obra de Mishima se caracteriza por "su lujoso vocabulario y metáforas decadentes, su fusión de estilos literarios tradicionales japoneses y modernos occidentales, y sus obsesivas afirmaciones de la unidad de la belleza, el erotismo y la muerte". Las actividades políticas de Mishima lo convirtieron en una figura controvertida, que él permanece en el Japón moderno. Desde mediados de los 30, la ideología de derecha de Mishima se reveló cada vez más. Estaba orgulloso de la cultura y el espíritu tradicionales de Japón, y se opuso a lo que consideraba materialismo de estilo occidental, junto con la democracia, el globalismo y el comunismo de Japón de la posguerra, y le preocupaba que al adoptar estas ideas, los japoneses perderían su "esencia nacional". (kokutai) y su herencia cultural distintiva (Shinto y Yamato-damashii) para convertirse en un pueblo "sin raíces". Mishima formó el Tatenokai con el propósito declarado de restaurar la santidad y la dignidad del Emperador de Japón. El 25 de noviembre de 1970, Mishima y cuatro miembros de su milicia entraron en una base militar en el centro de Tokio, tomaron como rehén a su comandante e intentaron inspirar a las Fuerzas de Autodefensa de Japón para que se rebelaran y derrocaran la Constitución de Japón de 1947, a la que llamó "una constitución de la derrota". Tras su discurso y gritos de "¡Viva el Emperador!", cometió seppuku.