La Campaña de Puerto Rico representó una operación militar crucial llevada a cabo por las fuerzas armadas de Estados Unidos, tanto por mar como por tierra, en la isla de Puerto Rico durante el transcurso de la Guerra Hispanoamericana. Este conflicto, que se desarrolló en un momento de declive para el Imperio Español y de ascenso para Estados Unidos como potencia global, tenía como uno de sus objetivos principales la adquisición de territorios estratégicos que aún permanecían bajo el dominio español.

El Inicio de la Ofensiva Naval: El Bloqueo de San Juan

La ofensiva estadounidense en Puerto Rico se puso en marcha el 12 de mayo de 1898 con un ataque naval directo sobre San Juan, la capital y principal puerto de la isla. Bajo el mando del Contralmirante William T. Sampson, una poderosa escuadra de la Armada de los Estados Unidos, que incluía buques como el acorazado USS Iowa, el monitor USS Amphitrite y el crucero auxiliar USS Yale, bombardeó las fortificaciones costeras y la ciudad durante varias horas. A pesar de la intensidad del bombardeo, el daño material a las estructuras de la ciudad y a la población civil fue relativamente limitado. Sin embargo, el objetivo principal de la Armada, más que una conquista inmediata, era establecer un bloqueo efectivo en la Bahía de San Juan, paralizando el comercio y la comunicación marítima de la capital y debilitando la capacidad de resistencia española. Este bloqueo, vital para la estrategia estadounidense, buscaba cortar los suministros y refuerzos a las fuerzas españolas en la isla.

Un mes después, el 22 de junio, las fuerzas españolas intentaron romper este cerco naval. El crucero desprotegido Isabel II y el destructor Terror, al mando del Capitán Joaquín Bustamante, lanzaron un valiente, aunque arriesgado, contraataque contra la superior flota estadounidense. La confrontación resultó infructuosa para los españoles; el Terror sufrió daños considerables y ambos buques se vieron obligados a retirarse, confirmando la solidez del bloqueo estadounidense y la superioridad naval de Estados Unidos en la región.

El Desembarco y la Ofensiva Terrestre

La fase terrestre de la campaña comenzó el 25 de julio de 1898. Las fuerzas estadounidenses, compuestas por aproximadamente 1.300 soldados de infantería bajo el mando del Mayor General Nelson A. Miles, artífice de la estrategia de "asimilación benévola", realizaron un desembarco inesperado en las costas de Guánica. Esta elección no fue casual; Guánica, situada en la costa suroeste, ofrecía un puerto de aguas profundas ideal y estaba alejada de las densamente fortificadas posiciones españolas en el norte, como San Juan y Ponce. El desembarco sorprendió a las pocas tropas españolas y a la milicia local, que ofrecieron una breve resistencia inicial antes de ser superadas, permitiendo a los estadounidenses establecer una cabeza de playa segura.

Desde Guánica, las tropas de Miles iniciaron su avance hacia el interior de la isla con el objetivo de controlar rápidamente el territorio. La estrategia estadounidense buscaba dividir y conquistar, evitando grandes batallas frontales y aprovechando la geografía. Poco después del desembarco, el General Miles emitió una proclama a la población puertorriqueña, declarando que llegaban no como invasores, sino como portadores de "protección, prosperidad e iluminación", una estrategia para ganarse el apoyo local y facilitar la transición de poder.

Primeros Enfrentamientos y la Resistencia Española y Puertorriqueña

El avance estadounidense no estuvo exento de desafíos. Después de asegurar Guánica, las fuerzas se dirigieron hacia el este. Uno de los primeros enfrentamientos significativos tuvo lugar en Coamo, donde las tropas estadounidenses, que incluían unidades como el 16º de Infantería de Pensilvania, se encontraron con una decidida resistencia de las fuerzas hispano-puertorriqueñas. Esta batalla, aunque de escala limitada, subrayó la voluntad de los defensores de la isla de oponerse al avance. La confrontación concluyó con la retirada de las fuerzas aliadas (españolas y puertorriqueñas), dejando un saldo de dos bajas en su bando y cuatro heridos en el lado estadounidense. La superioridad numérica y de armamento de las tropas de Miles comenzó a imponerse, pero la resistencia local era palpable.

Un episodio notable de resistencia ocurrió en Fajardo. Las tropas estadounidenses lograron tomar el control de esta ciudad en la costa este el 1 de agosto. Sin embargo, su control fue efímero. Solo cuatro días después, el 5 de agosto, un contingente de aproximadamente 200 soldados puertorriqueños y españoles, liderados por el Capitán Pedro del Pino, lanzó un contraataque que consiguió retomar la ciudad. Este giro inesperado obligó a las fuerzas estadounidenses a retirarse, mientras que gran parte de la población civil de Fajardo, ante la incertidumbre y el conflicto, buscó refugio en un faro cercano. Este evento demostró que la población y las fuerzas locales no estaban dispuestas a aceptar pasivamente la ocupación.

El Avance hacia el Interior y la Batalla del Asomante

A medida que las tropas estadounidenses se adentraban en la isla principal, el terreno montañoso y la red de carreteras rudimentarias presentaban obstáculos considerables, ralentizando su avance y facilitando emboscadas. En su camino, se produjeron varios intercambios de fuego, como los ocurridos cerca del río Guamaní y en las proximidades de Coamo. Estos enfrentamientos fueron a menudo inconclusos, con las fuerzas defensoras españolas y puertorriqueñas optando por retirarse estratégicamente ante la presión, buscando posiciones más ventajosas. De manera similar, una batalla cerca de San Germán llevó a la retirada de las tropas españolas hacia la localidad de Lares, en el interior.

Uno de los puntos culminantes de la resistencia española se dio en la Batalla de Aibonito, también conocida como la Batalla del Asomante, un paso de montaña estratégico que ofrecía excelentes posiciones defensivas. El 9 de agosto de 1898, las tropas estadounidenses, que perseguían a las unidades en retirada de Coamo y Asomante, se toparon con una feroz resistencia. Seis de sus soldados resultaron heridos, y la dificultad del terreno, sumada a la efectividad de las defensas españolas, obligó a las fuerzas estadounidenses a una retirada táctica.

Tres días después, el 12 de agosto, los estadounidenses regresaron a Aibonito, esta vez reforzados con unidades de artillería pesada y con la intención de lanzar un ataque sorpresa. Tras aproximadamente una hora de intenso combate, lograron silenciar las baterías de artillería españolas. Los cañones estadounidenses avanzaron unas 2150 yardas (aproximadamente 1966 metros) y establecieron nuevas posiciones de fuego. Sin embargo, informes de avistamientos de refuerzos españoles cercanos, sumados a la dificultad de mantener las nuevas posiciones en un terreno tan abrupto, llevaron a la decisión de retirar la artillería a la línea principal. Las fuerzas estadounidenses estaban preparando un movimiento de flanqueo para rodear las posiciones españolas cuando el destino de la campaña cambió drásticamente.

El Armisticio y el Fin Abrupto de la Campaña

La culminación de la Campaña de Puerto Rico llegó de manera súbita e inesperada. Poco antes de que las tropas estadounidenses lanzaran su planeado movimiento de flanqueo en Aibonito, todas las acciones militares en la isla fueron suspendidas el 13 de agosto de 1898. Este cese de hostilidades se debió a la firma de un armisticio entre Estados Unidos y España. El acuerdo fue negociado en Washington D.C. entre el presidente estadounidense William McKinley y el embajador francés Jules Cambon, quien actuaba en representación del gobierno español.

Este armisticio no solo detuvo las hostilidades, sino que fue el preludio del Tratado de París, firmado el 10 de diciembre de 1898. Según los términos de estos acuerdos, España renunciaba formalmente a su soberanía sobre varios de sus últimos territorios coloniales: Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam. Para Puerto Rico, esto significó el fin de más de cuatro siglos de dominio español y el comienzo de una nueva era bajo la administración de Estados Unidos.

Consecuencias a Largo Plazo para Puerto Rico

La Campaña de Puerto Rico, aunque relativamente corta en duración, tuvo profundas y duraderas consecuencias para la isla. El cambio de soberanía marcó el inicio de una compleja relación política, económica y cultural con Estados Unidos. Si bien el conflicto militar concluyó rápidamente, el proceso de adaptación a la nueva administración y la redefinición de la identidad puertorriqueña bajo el nuevo sistema político y legal apenas comenzaban, sentando las bases de su estatus territorial actual y las continuas discusiones sobre su futuro.

Preguntas Frecuentes (FAQs)

¿Cuál fue el objetivo principal de Estados Unidos en la Campaña de Puerto Rico?

El objetivo principal de Estados Unidos era adquirir Puerto Rico como un territorio estratégico en el Caribe, con fines militares y comerciales, en el contexto más amplio de la Guerra Hispanoamericana y la expansión de su influencia global.

¿Cuánto tiempo duró la Campaña de Puerto Rico?

La campaña militar activa duró aproximadamente tres meses, comenzando con el ataque naval el 12 de mayo de 1898 y concluyendo abruptamente con la firma del armisticio el 13 de agosto de 1898.

¿Qué significó el armisticio para Puerto Rico?

El armisticio del 13 de agosto de 1898 significó el cese inmediato de las hostilidades y el fin de la soberanía española sobre Puerto Rico. Fue el paso previo a la cesión formal de la isla a Estados Unidos mediante el Tratado de París en diciembre de 1898, marcando el inicio de una nueva era política para Puerto Rico.

¿Hubo batallas significativas durante la campaña terrestre?

Sí, hubo varios enfrentamientos notables, aunque de menor escala comparados con otros frentes de la guerra. Entre ellos destacan la Batalla de Coamo, la toma temporal de Fajardo por fuerzas españolas y puertorriqueñas, y las Batallas de Aibonito (o Asomante), donde las fuerzas estadounidenses enfrentaron una fuerte resistencia en un terreno montañoso.

¿Quiénes fueron los principales comandantes involucrados?

Por parte de Estados Unidos, el Contralmirante William T. Sampson lideró la fase naval y el Mayor General Nelson A. Miles dirigió las operaciones terrestres. Del lado español, figuras como el Capitán Joaquín Bustamante en la fase naval y oficiales como el Capitán Pedro del Pino en Fajardo, junto a comandantes de las guarniciones, lideraron la resistencia.

¿Cómo afectó la campaña a la población civil de Puerto Rico?

La población civil experimentó bombardeos navales, el paso de tropas, interrupciones en el comercio y evacuaciones locales, como la de Fajardo. Aunque el conflicto fue relativamente corto, generó incertidumbre y cambió drásticamente su futuro político y social bajo una nueva administración.