Miguel Aceves Mejía, cantautor y actor mexicano (n. 1915)
Miguel Aceves Mejía (13 de noviembre de 1915 - 6 de noviembre de 2006) fue un actor, compositor y cantante mexicano.

Miguel Aceves Mejía, o "el Dios de la Ranchera", como se le conocía popularmente, nació en El Paso, Texas, y se registró en Ciudad Juárez en el estado de Chihuahua. Se convirtió en una popular estrella del cine mexicano durante su época dorada y fue ampliamente reconocido por sus interpretaciones de varios géneros musicales mexicanos, particularmente la ranchera.

Originalmente parte de una compañía de teatro itinerante, Aceves comenzó a grabar por primera vez en 1938 con el trío Los Porteños. Al comienzo de su carrera interpretó principalmente boleros y ritmos afrocubanos. Durante su carrera grabó más de 1600 canciones en 140 discos y protagonizó 64 películas.

Fue uno de los tres más grandes de todos los tiempos junto a sus queridos amigos Pedro Infante y Jorge Negrete. Fue el primer cantante folklórico mexicano en viajar por el continente americano con giras mundiales, acompañado del Mariachi Vargas de Tecatitlán. Su fama lo llevó en una gira por España donde filmó dos películas junto a la gran actriz y cantante La Faraona Lola Flores.

Entre sus grandes éxitos se encuentran El Pastor, La del Rebozo Blanco, Se Me Hizo Fácil, Yo Tenía un Chorro de Voz, Vaya con Dios, La Malagueña Salerosa, El Jinete, El Crucifijo de Piedra y Cuatro Caminos. Se destacó por componer canciones como El Pescado Nadador y Oh, Gran Dios, aunque su fuerte era principalmente como cantante por derecho propio.

Tras el ascenso a la popularidad del cantante de rancheras nacido en Jalisco, David Záizar. El estatus de Mejía como "el Rey del falsete" se lo dio a Záizar el público.

En 1945, Aceves comenzó a dedicarse exclusivamente al canto y, tras la muerte de Pedro Infante y Jorge Negrete, incursionó en el mundo del cine.

En 1959 apareció en Amor se dice cantando.

Aceves murió pocos días antes de cumplir 91 años el 6 de noviembre de 2006 en la Ciudad de México. Como es tradición en México, su cuerpo yacía bajo la rotonda del Palacio de las Bellas Artes en la Ciudad de México. Este honor está reservado únicamente a las más grandes figuras mexicanas de las artes y las letras.