La historia del cricket femenino comienza con una noticia de 1745 que describe un partido en Gosden Common, cerca de Guildford, Inglaterra. Desde entonces, el cricket femenino ha recorrido un largo trayecto: de los juegos de aldea a la organización internacional, las Copas del Mundo y las ligas profesionales que hoy atraen audiencias globales. Este artículo repasa sus orígenes, hitos y desafíos, y responde preguntas clave para quien busca entender cómo se forjó y hacia dónde va el deporte.

Un origen que marcó época (Guildford, 1745)

El 26 de julio de 1745, el periódico The Reading Mercury reportó un partido de cricket femenino entre los pueblos de Bramley y Hambledon, en Gosden Common, cerca de Guildford (Surrey). Aquel informe es el primer registro conocido del cricket femenino y dice así:

"The greatest cricket match that was played in this part of England was on Friday, the 26th of last month, on Gosden Common, near Guildford, between eleven maids of Bramley and eleven maids of Hambledon, all dressed in white. The Bramley maids had blue ribbons and the Hambledon maids red ribbons on their heads. The Bramley girls got 119 notches and the Hambledon girls 127. There was of bothe sexes the greatest number that ever was seen on such an occasion. The girls bowled, batted, ran and catches as well as most men could do in that game."

En español: once jóvenes de Bramley contra once de Hambledon, todas vestidas de blanco, con cintas azules y rojas; marcador 119 a 127; y una multitud mixta como pocas veces vista. La frase final es tan contundente como premonitoria: "Las chicas lanzaron, batearon, corrieron y atraparon tan bien como la mayoría de los hombres". A partir de entonces, la historia del cricket femenino quedó anclada a una idea poderosa: las mujeres podían jugar al mismo nivel técnico.

Siglos XVIII y XIX: del juego rural a la visibilidad social

Durante el siglo XVIII se celebraron encuentros esporádicos en el sur de Inglaterra, ligados a ferias locales y a menudo con apuestas. Aunque no existía una estructura formal, ya se observaban habilidades técnicas y un interés popular inesperado. El siglo XIX, con sus normas victorianas, trajo ambivalencias: por un lado, surgieron espacios escolares y recreativos donde las mujeres practicaban actividad física; por otro, persistía la idea de que algunos deportes no eran "apropiados" para ellas.

Aun así, las partidas continuaron, se difundieron por condados como Surrey, Sussex y Hampshire, y lentamente el cricket femenino entró en el mundo de clubes y colegios. La semilla plantada en 1745 resistió el paso del tiempo y la presión social, en parte porque el juego se consolidaba en el imaginario inglés como una actividad de valores, disciplina y camaradería.

De la informalidad a la organización: nace la WCA (1926)

El gran salto organizativo llegó con la fundación en 1926 de la Women’s Cricket Association (WCA) en Inglaterra. Esta entidad promovió giras, estándares de competencia y una red de clubes y condados. La idea era clara: coordinar calendarios, fomentar la participación y dar a las jugadoras una plataforma reconocible.

Pronto, otros países siguieron el ejemplo y comenzaron a estructurar su propio cricket femenino. En las décadas siguientes, la cooperación internacional y la formalización de reglas y formatos permitirían el nacimiento de los primeros partidos internacionales de alto nivel.

Primeros Test internacionales: 1934–1935

En 1934–35 se disputaron los primeros Test matches femeninos entre Inglaterra y Australia, un hito que ancló al cricket femenino en la esfera internacional. El enfrentamiento, parte esencial de una rivalidad histórica, demostró que el formato largo también tenía espacio en el juego de mujeres. Poco después, Inglaterra también se midió con Nueva Zelanda, expandiendo el mapa competitivo del hemisferio sur.

Estos Test no solo validaron el nivel técnico, sino que afianzaron procesos de selección, preparación y liderazgo. Capitanas, entrenadoras y administradoras comenzaron a figurar con influencia real en la dirección del deporte.

Copa del Mundo Femenina: 1973, un paso por delante

Un hito que pocos deportes pueden reclamar: la Copa del Mundo Femenina de Cricket se celebró por primera vez en 1973 en Inglaterra, dos años antes que la masculina (1975). La competición, impulsada por visionarias y benefactores, marcó el comienzo de una tradición global de alto impacto. Con el tiempo, el formato One-Day International (ODI) consolidó la atención mediática, dio contexto estadístico comparable y ofreció a las federaciones un objetivo claro de ciclo.

Desde entonces, la Copa del Mundo ha viajado por diferentes sedes y ha exhibido generaciones de jugadoras que elevaron el listón técnico y táctico. Las finales en estadios icónicos, como Lord’s, reforzaron la visibilidad y el prestigio del torneo.

Gobernanza global: del IWCC al paraguas del ICC

En 1958 se había formado el International Women’s Cricket Council (IWCC), organismo que coordinó el cricket femenino internacional durante décadas. En 2005, la integración del IWCC con el International Cricket Council (ICC) unificó el gobierno del deporte. Desde entonces, calendarios, rankings, torneos y desarrollo de base pasaron a un marco común, con mayor acceso a recursos, arbitraje, tecnología y comercialización.

Nuevos formatos, nuevas audiencias: T20 y más

El nacimiento del formato Twenty20 en la década de 2000 redefinió la audiencia y el estilo de juego. En 2004 se disputó el primer T20 Internacional femenino, y para 2009 llegó la primera Copa del Mundo Femenina T20. Con partidos más cortos, ritmos de scoring elevados y ventanas televisivas accesibles, el T20 catapultó a nuevas estrellas y conectó con públicos jóvenes.

Hitos recientes aumentaron el alcance:

  • T20 femenino en los Juegos de la Commonwealth (Birmingham 2022).
  • Copa del Mundo Femenina Sub-19 T20 (2023), clave para el talento emergente.
  • Finales con grandes asistencias, incluyendo récords de público en eventos globales.

Profesionalización: contratos, ligas y audiencias récord

La profesionalización ha ganado velocidad en la última década. Varios consejos nacionales introdujeron contratos centrales para jugadoras de élite y, en algunos casos, igualdad de tarifas de partido en selecciones nacionales. El objetivo: equiparar estructuras, retener talento y sostener carreras deportivas a tiempo completo.

Las ligas profesionales ampliaron el ecosistema:

  • Women’s Big Bash League (WBBL) en Australia (desde 2015): pionera en formatos domésticos televisados con alto nivel de producción.
  • Kia Super League (KSL) en Inglaterra (2016–2019) y su transición a nuevas competiciones regionales, además del impulso de The Hundred (desde 2021) con versiones femenina y masculina.
  • Women’s Premier League (WPL) en India (desde 2023): contratos de gran magnitud, estrellas internacionales y audiencias masivas en el mayor mercado del cricket.

Las finales de Copas del Mundo y de T20 han llenado estadios como Lord’s y el MCG, y elevan la visibilidad mediática con audiencias globales de decenas de millones. Cada temporada, las métricas digitales demuestran que el interés por el cricket femenino ya no es coyuntural.

Expansión geográfica y nuevas potencias

El cricket femenino se ha ampliado más allá de los núcleos tradicionales de Inglaterra, Australia y Nueva Zelanda. India, con una base de afición gigantesca, ha acelerado el desarrollo con ligas, contratos y academias. El Caribe, Sudáfrica y Pakistán han consolidado estructuras, mientras que países emergentes como Bangladesh, Irlanda, Tailandia y otros miembros asociados del ICC muestran proyectos ambiciosos, especialmente en T20.

La inversión en categorías juveniles, el acceso a instalaciones y la capacitación de entrenadoras, árbitras y personal de alto rendimiento constituyen un ecosistema en crecimiento. El camino desde escuelas y clubes de barrio hasta la élite internacional es hoy más visible y transitable que nunca.

Estrellas, récords y momentos que cambiaron la narrativa

De las pioneras que jugaron con cintas de colores en 1745 a las capitanas que levantan trofeos en prime time, el relato del cricket femenino está lleno de hitos individuales y colectivos. Se recordará siempre la visión de quienes impulsaron la primera Copa del Mundo en 1973; las primeras series Test intercontinentales de los años 30; y figuras que, con actuaciones excepcionales, demostraron que el estándar de excelencia no tiene género.

En el terreno de juego, las jugadoras han firmado récords de carreras, wickets y anotaciones explosivas en T20. Fuera de él, han impulsado cambios estructurales y culturales: más cobertura, mayores inversiones, mejores condiciones laborales. El resultado es un producto deportivo atractivo, competitivo y con identidad propia.

Retos pendientes y prioridades para la próxima década

Aunque el avance es innegable, persisten retos:

  • Equidad económica sostenida: consolidar estructuras salariales y de premios comparables, sin depender solo de eventos cumbre.
  • Calendario y carga de trabajo: equilibrar selecciones nacionales, ligas y descanso, con coordinación internacional.
  • Infraestructura y base: canchas, academias y programas escolares que alimenten el alto rendimiento.
  • Desarrollo de entrenadoras y árbitras: liderazgo femenino en todos los niveles del ecosistema.
  • Mercados emergentes: apoyar a miembros asociados para que compitan con regularidad en torneos regionales y globales.

Si estos frentes avanzan con consistencia, el crecimiento del cricket femenino será estructural y no coyuntural. La inercia es positiva, pero requiere políticas estables, métricas claras y colaboración entre federaciones, broadcasters y clubes.

Línea de tiempo: hitos esenciales

  • 1745: Primer partido registrado de cricket femenino en Gosden Common, cerca de Guildford (Bramley vs Hambledon).
  • 1926: Fundación de la Women’s Cricket Association (WCA) en Inglaterra.
  • 1934–1935: Primeros Test matches femeninos entre Inglaterra y Australia; posterior gira a Nueva Zelanda.
  • 1958: Creación del International Women’s Cricket Council (IWCC).
  • 1973: Primera Copa del Mundo Femenina de Cricket en Inglaterra.
  • 2004: Primer T20 Internacional femenino.
  • 2005: Integración del IWCC en el ICC.
  • 2009: Primera Copa del Mundo Femenina T20.
  • 2015–2023: Auge de ligas profesionales (WBBL, KSL/The Hundred, WPL).
  • 2022–2023: T20 en Commonwealth Games; primer Mundial Sub-19 T20; avances en igualdad de tarifas y profesionalización.

Conclusión: del común de Gosden al mundo

La historia del cricket femenino comenzó con un partido entre dos aldeas cerca de Guildford y hoy abarca Copas del Mundo, formatos modernos y ligas profesionales que generan audiencias globales. Aquellas once contra once de 1745 no solo jugaron un partido: establecieron un precedente. La evolución posterior —organización, internacionalización, profesionalización— ha dado al cricket femenino identidad, profundidad y un futuro lleno de posibilidades.

Preguntas frecuentes

¿Cuándo fue el primer partido registrado de cricket femenino?

El 26 de julio de 1745, reportado por The Reading Mercury: Bramley vs Hambledon, en Gosden Common, cerca de Guildford (Surrey, Inglaterra).

¿Cuándo se jugaron los primeros Test femeninos?

En la temporada 1934–35 entre Inglaterra y Australia, con una rivalidad que marcó el inicio del cricket internacional femenino de formato largo.

¿Cuál fue la primera Copa del Mundo Femenina?

La Copa del Mundo Femenina debutó en 1973 en Inglaterra, dos años antes que la masculina. Supuso un salto clave en visibilidad y organización.

¿Cuándo comenzó el T20 femenino a nivel internacional?

El primer T20 Internacional femenino se disputó en 2004. En 2009 se celebró la primera Copa del Mundo Femenina T20.

¿Qué ligas profesionales destacan hoy?

La WBBL (Australia), The Hundred (Inglaterra y Gales) y la WPL (India) lideran el ecosistema, con calendarios televisados y jugadoras internacionales.

¿El cricket femenino ofrece igualdad de pago con el masculino?

Hay avances notables —varios países han establecido igualdad de tarifas por partido a nivel internacional—, pero la equidad plena depende de seguir ampliando ingresos, audiencias y estructuras de apoyo.

¿Por qué es tan importante el partido de Guildford de 1745?

Porque es el primer registro documentado de un partido de cricket femenino. Muestra habilidades comparables a las de los hombres y una gran asistencia, estableciendo un punto de partida histórico para el deporte.