Resumen

El Desastre de Los Alfaques fue una de las peores tragedias viales e industriales en España. El 11 de julio de 1978, un camión cisterna cargado con propileno licuado colisionó en la N-340 y explotó junto al camping Los Alfaques, en Alcanar, cerca de Tarragona. La bola de fuego arrasó el recinto costero y sus alrededores, causando 217 fallecidos y más de 200 heridos graves, muchos de ellos turistas que disfrutaban de sus vacaciones.

Conocido también como la tragedia del camping Los Alfaques, este suceso marcó un antes y un después en la seguridad del transporte de mercancías peligrosas y en la gestión de emergencias en España.

Qué ocurrió el 11 de julio de 1978

La ubicación y el contexto

El camping Los Alfaques se sitúa en el kilómetro 159 de la carretera N-340, a unos 2 kilómetros al sur de Sant Carles de la Ràpita, en la costa del Mediterráneo. En pleno verano, el establecimiento estaba extremadamente concurrido por familias españolas y turistas europeos que se alojaban en caravanas, tiendas y bungalós junto a la playa.

El camión cisterna y su carga

El vehículo implicado era un camión cisterna que transportaba unas 23 toneladas de propileno licuado, un gas altamente inflamable que, bajo presión y a baja temperatura, se mantiene en estado líquido. El propileno se utiliza de forma habitual en la industria petroquímica y de plásticos, pero su manipulación y transporte requieren estrictos controles de seguridad.

La colisión y la explosión

En las primeras horas de la tarde, el camión circulaba por la N-340 cuando se produjo una colisión a la altura del camping. El impacto y las condiciones de la carga desencadenaron un fenómeno termodinámico de consecuencias catastróficas: una BLEVE, es decir, la explosión de vapor en expansión de un líquido en ebullición. La cisterna se rompió, el gas se expandió y se encendió, generando una ola de calor y una bola de fuego que se proyectó sobre el camping y la carretera.

Las temperaturas alcanzadas fueron extremas, suficientes para calcinar instalaciones, vehículos y vegetación en segundos. Muchas personas que se encontraban al aire libre, o en tiendas y caravanas ligeras, quedaron atrapadas por las llamas y los efectos de la radiación térmica.

El alcance de la devastación

El frente de fuego arrasó una amplia zona del camping y se extendió hacia la playa, alcanzando también a vehículos que circulaban por la N-340. La magnitud del suceso desbordó de inmediato a los servicios de emergencia locales. En cuestión de minutos, el lugar pasó de ser un entorno de descanso familiar a un escenario de desastre, con múltiples focos de incendio y un gran número de heridos con quemaduras de diversa gravedad.

Cifras clave del desastre

  • Fecha: 11 de julio de 1978
  • Lugar: Alcanar, Tarragona, junto al camping Los Alfaques
  • Vía: Carretera N-340, kilómetro 159
  • Carga del camión: aproximadamente 23 toneladas de propileno licuado
  • Víctimas mortales: 217, incluido el conductor del camión
  • Heridos graves: más de 200, la mayoría con quemaduras
  • Perfiles de las víctimas: principalmente turistas españoles y extranjeros en temporada estival
  • Instalación afectada: camping costero Los Alfaques, todavía en funcionamiento tras su renovación

Causas y factores contribuyentes

Los análisis posteriores apuntaron a una combinación de factores que explican la tragedia. Aunque los detalles técnicos precisos dependen de cada informe, hubo varios elementos ampliamente señalados:

  • Propiedades del propileno licuado: se trata de un gas inflamable que, al perder confinamiento y calentarse, puede generar una BLEVE con enorme liberación de energía.
  • Condiciones del día: el calor intenso típico del verano mediterráneo favorece el aumento de presión en la cisterna y agrava el riesgo si existe sobrecarga, defectos o un incendio inicial.
  • Impacto estructural: el golpe recibió y la posible debilitación del tanque facilitaron la rotura y la rápida expansión del gas.
  • Diseño y seguridad de las cisternas de la época: en 1978, estándares y prácticas de transporte y control de carga eran menos estrictos que los actuales, con válvulas de alivio y protecciones menos eficaces ante colisiones severas.
  • Proximidad a una zona densamente ocupada: la ubicación del camping junto a la carretera multiplicó el número de víctimas potenciales ante un accidente mayor.

La combinación de colisión, carga peligrosa y condiciones térmicas extremas culminó en una explosión masiva. Este patrón ha sido observado en otros accidentes con cisternas de gases licuados a presión y es la razón por la que se han endurecido protocolos y rutas de transporte.

La respuesta de emergencia

La respuesta inicial estuvo marcada por la urgencia y la complejidad. Se movilizaron bomberos, Guardia Civil, policías locales, ambulancias y personal sanitario de la zona. Los heridos fueron trasladados de forma escalonada a hospitales de Tortosa, Tarragona, Castellón y Barcelona, con sucesivos traslados en función de la gravedad de las quemaduras y la disponibilidad de unidades de quemados.

Los retos principales fueron:

  • Atención a grandes quemados: muchos pacientes presentaban quemaduras extensas que requerían cuidados intensivos especializados, injertos y seguimiento de larga duración.
  • Coordinación interprovincial: la magnitud del siniestro obligó a distribuir pacientes a lo largo de varios centros sanitarios, con necesidad de registros, comunicación y apoyo logístico.
  • Control de incendios secundarios: había múltiples focos dentro del camping y en vehículos de la carretera, lo que exigió un despliegue sostenido de medios de extinción.
  • Identificación de víctimas: la violencia térmica dificultó la identificación, requiriendo procedimientos forenses y colaboración internacional ante la presencia de turistas extranjeros.

Impacto social y humano

Más allá de las cifras, el impacto fue profundamente humano. Decenas de familias perdieron a seres queridos, y cientos de personas sufrieron secuelas físicas y psicológicas. Muchos supervivientes relataron cómo, en cuestión de instantes, las vacaciones se transformaron en una carrera por la vida. La comunidad local se volcó en la ayuda, ofreciendo cobijo, comida y apoyo emocional a los afectados.

El hecho de que la mayoría de víctimas fueran turistas hizo que la tragedia estuviera en las portadas de toda Europa. A raíz de ello se generaron redes de solidaridad transfronteriza y se reforzaron procedimientos consulares para la atención a víctimas extranjeras en emergencias.

Cambios normativos y lecciones aprendidas

El Desastre de Los Alfaques impulsó una revisión en profundidad de las políticas de transporte de mercancías peligrosas y de la planificación de emergencias. Entre los cambios y lecciones más destacados:

  • Endurecimiento de estándares para cisternas a presión: mejoras en diseño, materiales, protección de válvulas y sistemas de alivio.
  • Control de carga y documentación: verificación más estricta de cantidades, compatibilidades de producto y trazabilidad.
  • Rutas y restricciones: mayor preferencia por vías de alta capacidad y circunvalaciones, limitando el paso por zonas urbanas o turísticas muy concurridas.
  • Planificación territorial: establecimiento de distancias de seguridad y evaluación de riesgos en instalaciones próximas a carreteras con mercancías peligrosas.
  • Capacitación y protocolos de emergencia: formación específica para bomberos y sanitarios en incidentes con BLEVE, así como guías para evacuación y perímetros de seguridad.
  • Comunicación pública: mejoras en avisos, señalización y coordinación entre autoridades para informar y proteger a la población.

Qué es una BLEVE y por qué fue tan devastadora

BLEVE son las siglas en inglés de Boiling Liquid Expanding Vapor Explosion, o explosión de vapor en expansión de un líquido en ebullición. Sucede cuando un recipiente a presión que contiene un líquido por encima de su punto de ebullición sufre una rotura repentina. La liberación brusca hace que el líquido hierva instantáneamente, generando una nube de vapor que se expande con enorme fuerza. Si la sustancia es inflamable, la nube puede encenderse y producir una bola de fuego de gran alcance.

En Los Alfaques, la combinación de colisión, presión interna, calor ambiental y la naturaleza inflamable del propileno generó la peor de las condiciones: rotura del tanque, expansión súbita y posterior ignición. El resultado fue una radiación térmica capaz de causar quemaduras graves a decenas de metros y de encender materiales ligeros al instante.

El camping Los Alfaques hoy

El camping situado junto a la N-340 continúa en funcionamiento y ha sido renovado con estándares modernos. La memoria de lo ocurrido permanece viva entre la comunidad local, los supervivientes y las familias afectadas. La existencia de placas conmemorativas y actos de recuerdo subrayan el compromiso de no olvidar esta tragedia y de reivindicar las mejoras en seguridad que surgieron a raíz de ella.

Consejos de seguridad generales ante accidentes con cisternas

Estos principios, de carácter informativo, resumen prácticas difundidas por servicios de emergencia y organizaciones de seguridad industrial:

  • Si presencia un siniestro con una cisterna que desprende humo, fuego o fuga, aléjese en dirección opuesta al viento y mantenga una gran distancia. En incidentes con riesgo de BLEVE, los perímetros de seguridad suelen ser de cientos de metros.
  • No se acerque por curiosidad ni intente intervenir sin formación. Alerte al 112 y siga las instrucciones de las autoridades.
  • Si está en un vehículo, cierre ventanas y ventilación al pasar cerca de humos. Si el peligro es inminente, abandone el área con calma por rutas seguras indicadas.
  • En recintos de acampada, identifique salidas y puntos de reunión; la evacuación ordenada salva vidas.

Por qué se recuerda el Desastre de Los Alfaques

El caso se estudia en escuelas de ingeniería, cuerpos de bomberos y programas de seguridad industrial como una referencia trágica de lo que puede ocurrir cuando un transporte de mercancías peligrosas falla junto a una zona densamente ocupada. También es un recordatorio de la importancia de la planificación territorial, la formación de primeros intervinientes y la mejora continua de normas técnicas.

Preguntas frecuentes

¿Qué fue el Desastre de Los Alfaques?

Fue un accidente con un camión cisterna cargado de propileno licuado que, tras una colisión en la N-340, explotó junto al camping Los Alfaques, en Alcanar, el 11 de julio de 1978. La explosión y la bola de fuego causaron 217 fallecidos y más de 200 heridos graves.

¿Dónde ocurrió exactamente?

En el kilómetro 159 de la carretera N-340, a unos 2 kilómetros al sur de Sant Carles de la Ràpita, provincia de Tarragona, frente al camping Los Alfaques, en la costa mediterránea.

¿Qué transportaba el camión cisterna?

Aproximadamente 23 toneladas de propileno licuado, un gas inflamable utilizado en la industria petroquímica. Su liberación súbita y posterior ignición provocaron una BLEVE, con efectos devastadores.

¿Cuántas víctimas hubo?

Se registraron 217 fallecidos, incluido el conductor del camión, y más de 200 heridos graves, muchos de ellos con quemaduras extensas. La mayoría de las víctimas eran turistas que se alojaban en el camping.

¿El camping Los Alfaques sigue existiendo?

Sí. El camping fue renovado y continúa en funcionamiento. En la zona se conservan recuerdos y conmemoraciones que honran a las víctimas y a los afectados.

¿Qué cambió tras la tragedia?

Se reforzaron normativas sobre el transporte de mercancías peligrosas, el diseño de cisternas, los controles de carga y las rutas permitidas. También mejoraron los protocolos de respuesta a emergencias y la planificación de seguridad alrededor de carreteras y zonas turísticas.

¿Qué es una BLEVE?

Es una explosión de vapor en expansión de un líquido en ebullición. Ocurre cuando un recipiente a presión con líquido por encima de su punto de ebullición se rompe, generando una expansión violenta del vapor. Si el producto es inflamable, suele producir una bola de fuego, como sucedió en Los Alfaques.