Nicolás I de Rusia (m. 1855)

Nicolás I (en ruso: Никола́й I Па́влович, tr. Nikoláy I Pávlovich, IPA: [nʲɪkɐˈɫaj ˈpʲervɨj ˈpavɫəvʲɪt͡ɕ]; 6 de julio [OS 25 de junio] 1796 - 2 [OS 18 de febrero] 18 de marzo reinó como rey de Polonia y Gran Duque de Finlandia desde 1825 hasta su muerte en 1855. Fue el tercer hijo de Pablo I y hermano menor de su predecesor, Alejandro I. Nicolás heredó el trono de su hermano a pesar de la fallida revuelta decembrista contra él. Se le recuerda principalmente en la historia como un reaccionario cuyo controvertido reinado estuvo marcado por la expansión geográfica, el crecimiento económico y la industrialización masiva, por un lado, y la centralización de las políticas administrativas y la represión de la disidencia, por el otro. Nicolás tuvo un matrimonio feliz que produjo una familia numerosa; todos sus siete hijos sobrevivieron a la infancia. El biógrafo de Nicholas, Nicholas V. Riasanovsky, dijo que mostró determinación, unicidad de propósito y una voluntad de hierro, junto con un poderoso sentido del deber y dedicación al trabajo muy duro. Se veía a sí mismo como un soldado, un oficial subalterno totalmente consumido por escupir y pulir. Un hombre guapo, era muy nervioso y agresivo. Formado como ingeniero, era un fanático de los detalles minuciosos. En su personalidad pública, afirmó Riasanovsky, "Nicholas I llegó a representar la autocracia personificada: infinitamente majestuosa, determinada y poderosa, dura como la piedra e implacable como el destino". Conquista rusa del Cáucaso al apoderarse de la provincia de Iğdır y el resto de la actual Armenia y Azerbaiyán de Qajar Persia durante la guerra ruso-persa de 1826-1828. También terminó con éxito la guerra ruso-turca (1828-1829). Más tarde, sin embargo, condujo a Rusia a la guerra de Crimea (1853-1856), con resultados desastrosos. Los historiadores enfatizan que su microgestión de los ejércitos obstaculizó a sus generales, al igual que su estrategia equivocada. William C. Fuller señala que los historiadores han concluido con frecuencia que "el reinado de Nicolás I fue un fracaso catastrófico tanto en política interior como exterior". En la víspera de su muerte, el Imperio Ruso alcanzó su cenit geográfico, abarcando más de 20 millones de kilómetros cuadrados (7,7 millones de millas cuadradas), pero tenía una urgente necesidad de reforma.