Guerra de Finlandia: Suecia pierde la fortaleza de Sveaborg ante Rusia.

Suomenlinna (finlandés: [suomenlin]; hasta 1918 Viapori, finlandés: [viapori]), o Sveaborg (sueco: [svborj]), es una fortaleza marítima habitada construida en ocho islas a unos 4 km al sureste del centro de la ciudad de Helsinki, el capital de Finlandia. Suomenlinna es popular entre los turistas y lugareños que la disfrutan como un pintoresco lugar de picnic. Originalmente llamado Sveaborg (Castillo de los suecos), o Viapori como lo llaman los finlandeses de habla finlandesa, se le cambió el nombre en finlandés a Suomenlinna (Castillo de Finlandia) en 1918 por razones patrióticas y nacionalistas, aunque todavía se le conoce por su nombre original. en Suecia y por finlandeses de habla sueca.

La corona sueca inició la construcción de la fortaleza en 1748 como protección contra el expansionismo ruso. La responsabilidad general del trabajo de fortificación recayó en Augustin Ehrensvrd. El plan original de la fortaleza bastión estuvo fuertemente influenciado por las ideas de Vauban, el principal ingeniero militar de la época, y los principios del estilo de fortificación del fuerte en estrella, aunque adaptado a un grupo de islas rocosas. Famosa por estas fortificaciones de bastión, Suomenlinna se convirtió en Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1991. Durante la Guerra de Finlandia, Suecia entregó la fortaleza a Rusia el 3 de mayo de 1808, allanando el camino para la ocupación de Finlandia por las fuerzas rusas en 1809 y la eventual cesión de Finlandia a Rusia al término de la guerra. Rusia mantuvo la fortaleza hasta la independencia de Finlandia en 1917. Luego, Finlandia administró Suomenlinna a través del Departamento de Defensa hasta que entregó la mayor parte al control civil en 1973.

La Guerra de Finlandia (sueco: Finska kriget, ruso: Финляндская война, finlandés: Suomen sota) se libró entre el Reino de Suecia y el Imperio Ruso del 21 de febrero de 1808 al 17 de septiembre de 1809. Como resultado de la guerra, el tercio oriental de Suecia se estableció como el Gran Ducado autónomo de Finlandia dentro del Imperio Ruso. Otros efectos notables fueron la adopción por parte del parlamento sueco de una nueva constitución y el establecimiento de la Casa de Bernadotte, la nueva casa real sueca, en 1818.