La Mercè no es solo una fiesta; es el latido cultural y la celebración más emblemática de Barcelona, una manifestación vibrante de la identidad catalana y barcelonesa. Anualmente, la ciudad condal se engalana para honrar a su patrona, la Virgen de la Mercè, cuyo nombre completo es la Virgen de la Misericordia. Aunque su festividad oficial se conmemora cada 24 de septiembre, las celebraciones se extienden a lo largo de varios días, transformando la urbe en un escenario de tradiciones centenarias y expresiones artísticas contemporáneas. Esta festividad, tal como la conocemos hoy, se celebra de manera oficial desde 1871, cuando el Ayuntamiento de Barcelona instituyó un extenso programa de actividades culturales y populares.

La profunda conexión de Barcelona con la Virgen de la Mercè se remonta al siglo XIII. La tradición narra que en el año 1218, la Virgen María se apareció simultáneamente al Rey Jaime I de Aragón, conocido como "el Conquistador", al canónigo de la catedral de Barcelona, San Pedro Nolasco –quien posteriormente sería el fundador de la Orden–, y a San Ramón de Peñafort, dominico y jurista. En estas apariciones, la Virgen les encomendó una misión trascendental: la creación de una orden religiosa dedicada a la redención de cristianos cautivos. Esta orden, que se conocería como la Orden de la Bienaventurada Virgen María de la Merced para la Redención de Cautivos, surgió en una época convulsa, marcada por las constantes incursiones piratas y los conflictos con los reinos musulmanes, donde miles de cristianos eran capturados y sometidos a la esclavitud o al rescate en el Mediterráneo. La labor de los mercedarios era un acto de profunda caridad y valentía, ya que arriesgaban sus propias vidas para liberar a los prisioneros. Es importante destacar que la Orden de la Merced no se disolvió una vez cumplida su tarea inicial de redención; por el contrario, siguió prosperando y expandiendo su labor de caridad, educación y evangelización a lo largo de los siglos, consolidándose como una de las órdenes más influyentes.

El título de patrona de Barcelona para la Virgen de la Mercè quedó firmemente establecido tras un evento milagroso acaecido en 1687. En aquel año, la ciudad fue asolada por una devastadora plaga de langostas que diezmó los campos y sumió a la población en la desesperación. Ante la ineficacia de cualquier medida humana para contener la catástrofe, el Consell de Cent, la autoridad municipal de la época, se encomendó con fervor a la Virgen María, implorando su intercesión. La tradición cuenta que, milagrosamente, la plaga cesó. En agradecimiento por esta providencial salvación, el Consell de Cent hizo un juramento solemne: proclamar a la Virgen de la Mercè como patrona perpetua de la ciudad y celebrar anualmente su festividad con la máxima solemnidad. Aunque Barcelona ya tenía a Santa Eulàlia como co-patrona, el juramento de 1687 elevó a la Virgen de la Mercè a un lugar preeminente en el corazón de los barceloneses, cimentando la base de lo que hoy conocemos como la Fiesta Mayor.

¿Qué hace que La Mercè sea tan especial?

La Mercè es un crisol de tradición y modernidad, ofreciendo un programa que satisface a todos los públicos y edades. Es la oportunidad perfecta para sumergirse en la cultura catalana más auténtica.

Preguntas Frecuentes sobre La Mercè

¿Cuándo se celebra La Mercè?
La fiesta principal de La Mercè se celebra el 24 de septiembre de cada año. Sin embargo, las actividades y festejos se extienden generalmente durante varios días previos y posteriores a esta fecha, convirtiéndola en un festival de una semana de duración.
¿Quién es la Virgen de la Mercè?
La Virgen de la Mercè, o Virgen de la Misericordia, es la patrona de la ciudad de Barcelona. Su advocación está ligada a la redención de cautivos y, posteriormente, a la salvación de la ciudad de una plaga de langostas en el siglo XVII.
¿Por qué es tan importante La Mercè para Barcelona?
Es la Fiesta Mayor de Barcelona, la celebración más grande y significativa de la ciudad. Conmemora la historia, la fe y la cultura catalana a través de un programa vasto y diverso de eventos tradicionales y modernos, atrayendo tanto a locales como a turistas.