Haile Selassie I, cuyo nombre de nacimiento fue Tafari Makonnen, vio la luz por primera vez el 23 de julio de 1892. Conocido en ge'ez como ቀዳማዊ ኀይለ ሥላሴ (Qädamawi Häylä Səllasé), con una pronunciación amhárica de [ˈhaɪlə sɨlˈlase], fue una figura monumental en la historia de Etiopía y una personalidad de inmensa trascendencia global hasta su fallecimiento el 27 de agosto de 1975. Su nombre imperial, Haile Selassie, se traduce como "Poder de la Trinidad", un reflejo de su profunda fe y compromiso con la Iglesia ortodoxa etíope, a la que se adhirió a lo largo de su vida. Antes de ascender al trono como Emperador, sirvió con distinción como Regente Plenipotenciario de Etiopía para la Emperatriz Zewditu desde 1916, un rol que ya destacaba su astucia política y su visión de modernización para una nación con una herencia milenaria.
Su reinado, que se extendió desde 1930 hasta 1974, lo estableció como el último monarca de la venerable dinastía salomónica. Esta estirpe real, profundamente arraigada en la conciencia etíope, afirmaba descender directamente del Emperador Menelik I, quien a su vez era considerado el hijo del legendario Rey Salomón y Makeda, la icónica Reina de Saba. Esta conexión con una narrativa bíblica y una historia que abarca milenios no solo legitimaba su gobierno, sino que también cimentaba su imagen como un líder con un destino manifiesto y raíces casi divinas.
Un Reinado de Reformas y Resistencia
Desde el inicio de su ejercicio del poder, Haile Selassie se embarcó en un ambicioso programa de reformas destinado a modernizar Etiopía. Un hito crucial en esta dirección fue la introducción de la constitución de 1931, la primera carta magna escrita del país, que buscaba establecer un marco legal más estructurado para la gobernanza. Entre sus logros más significativos se encuentra la abolición de la esclavitud, una medida progresista que buscaba erradicar una práctica arraigada y alinear a Etiopía con los estándares internacionales de derechos humanos. Sin embargo, estas transformaciones no siempre fueron bien recibidas; a menudo enfrentó la resistencia tenaz de la aristocracia terrateniente (la mesafint), que veía amenazados sus privilegios y el orden tradicional.
La década de 1930 trajo consigo uno de los mayores desafíos para el emperador y su nación: la Segunda Guerra Italo-Etíope. A pesar de los valientes esfuerzos de Haile Selassie por defender la soberanía de Etiopía, las fuerzas invasoras de la Italia fascista de Mussolini lograron ocupar el país. El emperador pasó la mayor parte de este doloroso periodo de ocupación en el exilio en Inglaterra, desde donde abogó incansablemente por la causa de su país ante la Sociedad de Naciones, un momento icónico de su carrera diplomática. En 1940, viajó a Sudán para ayudar a coordinar la lucha antifascista en Etiopía y, finalmente, regresó triunfante a su patria en 1941, tras la victoriosa Campaña de África Oriental que culminó con la expulsión de los invasores italianos.
Un Visionario en el Escenario Mundial y Africano
La perspicacia y visión internacionalista de Haile Selassie fueron fundamentales para elevar la posición de Etiopía en el escenario mundial. Bajo su liderazgo, el país se convirtió en un miembro fundador de las Naciones Unidas, demostrando su compromiso con la paz, la cooperación global y la seguridad colectiva. Su influencia se extendió de manera aún más profunda en el continente africano, donde se erigió como un faro de unidad y autodeterminación para las naciones emergentes. En 1963, presidió un momento histórico: la formación de la Organización para la Unidad Africana (OUA), precursora de la actual Unión Africana, y fue elegido su primer presidente. Su papel esencial en la descolonización y la promoción de la solidaridad panafricana le granjeó un respeto duradero en todo el continente.
No obstante, Haile Selassie también tomó decisiones complejas a nivel regional. Disolvió la Federación de Etiopía y Eritrea, establecida por la Asamblea General de la ONU en 1950, y anexó Eritrea a Etiopía como una de sus provincias. Esta acción, impulsada por el deseo de evitar la secesión y preservar la integridad territorial, si bien comprensible desde su perspectiva, sembró las semillas de futuros conflictos en la región, cuya sombra se extendería por décadas.
La Caída y un Legado de Contrastes
El dilatado reinado de Haile Selassie llegó a un abrupto e inesperado final en 1974, cuando fue derrocado por un golpe militar liderado por una junta marxista-leninista, el Derg. Este evento marcó el fin de una era monárquica de más de tres mil años y el inicio de un periodo turbulento en la historia etíope. Trágicamente, Haile Selassie fue asesinado el 27 de agosto de 1975, un año después de su destitución, un suceso que conmocionó a sus seguidores y a la comunidad internacional.
Su legado, empero, es complejo y ha sido objeto de diversas evaluaciones. Algunos historiadores lo han criticado por la represión de las rebeliones entre la aristocracia terrateniente (la mesafint), que se oponía constantemente a sus reformas. Otros han señalado el fracaso de Etiopía para modernizarse con la rapidez suficiente. Su régimen también fue calificado de autocrático e iliberal por grupos de derechos humanos, como Human Rights Watch. Además, durante su gobierno, el pueblo Harari sufrió persecución, lo que obligó a muchos a abandonar su región natal. Si bien algunas fuentes han afirmado que hacia el final de su régimen se prohibió el idioma Oromo en la educación, la oratoria y la administración, nunca existió una ley oficial ni una política gubernamental que criminalizara específicamente ningún idioma. No obstante, el gobierno de Haile Selassie sí promovió la reubicación de numerosos amharas al sur de Etiopía, donde sirvieron en puestos clave dentro de la administración, los tribunales y la iglesia, lo que generó tensiones étnicas y sociales. La controversia en torno a su figura persiste en la actualidad, como lo demostró la destrucción de una estatua suya en Cannizaro Park, Londres, en junio de 2020, y la retirada del monumento ecuestre de su padre en Harar, tras la muerte del músico oromo Hachalu Hundessa.
Haile Selassie y la Conexión Rastafari
Quizás uno de los aspectos más singulares y perdurables del legado de Haile Selassie reside en su profunda veneración por el movimiento Rastafari. Surgido en Jamaica poco después de su coronación en la década de 1930, el Rastafari lo considera el Mesías bíblico retornado, Dios encarnado en la Tierra (Jah), un concepto que lo eleva a una dimensión espiritual trascendental para sus seguidores. A pesar de esta distinción divina y su papel como figura central en esta fe, es fundamental recordar que Haile Selassie fue un cristiano devoto y practicante, adherido a los principios y la rica liturgia de la Iglesia ortodoxa etíope, la cual siempre fue una parte intrínseca de su identidad y su gobierno.
El Movimiento Rastafari: Una Fe con Raíces Profundas
El Rastafari, a veces denominado rastafarianismo, es una religión y un movimiento social que floreció en Jamaica durante la década de 1930. Los estudiosos de las religiones lo clasifican como un nuevo movimiento religioso que, aunque posee una base teológica distintiva, también incorpora fuertes dimensiones culturales y políticas. Es un movimiento intrínsecamente descentralizado, lo que significa que carece de una autoridad central o jerarquía única que lo controle, lo que ha propiciado una rica diversidad de creencias y prácticas entre sus adherentes, comúnmente conocidos como rastafaris o rastas.
Principios Fundamentales y Creencias Clave
Las creencias rastafari se nutren de una interpretación particular de la Biblia, la cual es vista a menudo a través de un prisma afrocéntrico que resalta la historia y la experiencia africana. En el corazón de esta fe yace una creencia monoteísta en un Dios único, al que se refieren como Jah. Los rastas creen que Jah reside parcialmente dentro de cada individuo, infundiendo un sentido de divinidad y valor intrínseco a la humanidad. Sin embargo, la figura más prominente en la teología rastafari es Haile Selassie I, el Emperador de Etiopía que reinó de 1930 a 1974. Para muchos rastas, Haile Selassie es la segunda venida de Jesús y Jah encarnado, el Mesías prometido que regresó para liberar a su pueblo. Otros lo ven como un profeta humano que, si bien no es Dios mismo, reconoció plenamente la presencia de Jah en cada ser y sirvió como un espejo divino para la humanidad, guiándolos hacia la verdad.
El Rastafari es intrínsecamente afrocéntrico, poniendo un énfasis considerable en la diáspora africana. Esta diáspora, según la cosmovisión rasta, se encuentra oprimida dentro de lo que denominan "Babilonia", una metáfora que representa la sociedad occidental corrupta, materialista y opresora. Un anhelo central de muchos rastas es el reasentamiento de esta diáspora en África, un continente que consideran la Tierra Prometida o "Sion", un lugar de libertad, plenitud espiritual y soberanía. Si bien la mayoría de los rastas abogan por la liberación y la igualdad de todos los pueblos, algunos practicantes extienden estos puntos de vista a un supremacismo negro, una postura que, es importante señalar, no es universal ni define la totalidad del movimiento.
Prácticas y Estilo de Vida Rastafari
Los rastas se refieren a sus prácticas diarias y su filosofía de vida como "vida", un término que abarca su enfoque holístico y natural para la existencia. Las reuniones comunales, conocidas como "groundations", son momentos centrales de expresión espiritual y social. Estas ceremonias se caracterizan por la música, en particular el reggae y otros ritmos roots, cantos devocionales, discusiones profundas sobre la Biblia, la historia y la vida, y el consumo ritual de cannabis, conocido como ganja. El cannabis es considerado un sacramento sagrado, una hierba de la sabiduría con propiedades beneficiosas para la meditación, la inspiración y la conexión directa con Jah, y no meramente una sustancia recreativa.
El estilo de vida rasta también enfatiza lo que consideran vivir "naturalmente". Esto incluye la adhesión a los requisitos dietéticos Ital (derivado del inglés "vital"), que generalmente implican una dieta vegetariana o vegana, libre de conservantes, sal y carnes rojas, promoviendo la vitalidad, la salud y la conexión con la tierra y sus elementos puros. Otro distintivo icónico y espiritual son los dreadlocks, mechones de cabello entrelazados que simbolizan la conexión con la naturaleza, la lealtad a Jah, un desafío a los estándares de belleza occidentales y un pacto bíblico. Aunque el movimiento ha evolucionado significativamente, tradicionalmente ha tendido a seguir roles de género patriarcales, si bien la participación y el liderazgo de las mujeres rastafaris es una fuerza cada vez más reconocida y vital.
Orígenes, Evolución y Proyección Global
El Rastafari emergió de las comunidades afro-jamaicanas empobrecidas y socialmente marginadas en la Jamaica de los años 30. Su ideología afrocéntrica fue, en gran parte, una reacción directa y potente contra la cultura colonial británica que imperaba en la isla en ese momento, una cultura que denigraba las raíces africanas y promovía la supremacía blanca. Fue profundamente influenciado tanto por el etiopianismo, una corriente de pensamiento que veía a Etiopía como un símbolo inquebrantable de independencia africana y resistencia, como por el movimiento "Back-to-Africa" (De Vuelta a África) promovido por figuras nacionalistas negras carismáticas como Marcus Garvey, cuyas profecías sobre un rey negro africano que sería coronado se vieron cumplidas, para muchos, con la ascensión de Haile Selassie.
La religión se consolidó después de que varios clérigos cristianos protestantes, destacando Leonard Howell, proclamaran que la coronación de Haile Selassie como Emperador de Etiopía en 1930 cumplía profecías bíblicas, encendiendo así la chispa del movimiento. En la década de 1950, la postura contracultural del Rastafari, su crítica a la "Babilonia" y sus prácticas distintivas lo llevaron a conflictos con la sociedad jamaicana en general y con las fuerzas del orden, a menudo resultando en enfrentamientos violentos. Sin embargo, en las décadas de 1960 y 1970, el Rastafari ganó una mayor respetabilidad dentro de Jamaica y una visibilidad sin precedentes a nivel internacional. Este auge fue impulsado en gran medida por la popularidad global de músicos de reggae inspirados en el Rastafari, siendo Bob Marley el más icónico y un verdadero embajador de la fe. Su música llevó los mensajes de paz, unidad, resistencia y la divinidad de Haile Selassie a millones de personas en todo el mundo. Tras la muerte de Haile Selassie en 1975 y, lamentablemente, de Bob Marley en 1981, el entusiasmo por el Rastafari experimentó un cierto declive, pero el movimiento demostró su resiliencia y ha logrado sobrevivir, manteniendo una presencia vibrante en numerosas partes del mundo.
Diversidad y Alcance Global del Rastafari
Como se mencionó, el movimiento Rastafari es inherentemente descentralizado y se organiza principalmente en torno a diversas "Mansiones de Rastafari", que son denominaciones o sectas con interpretaciones ligeramente diferentes de la creencia central, pero unidas por el reconocimiento de Jah y Haile Selassie. Las más prominentes incluyen:
- Nyahbinghi: Considerada a menudo la mansión más tradicional, enfatiza la adoración directa de Jah y el uso del tambor Nyahbinghi en sus ceremonias y cantos devocionales. Su enfoque es profundamente espiritual y ceremonial.
- Bobo Ashanti: Esta mansión es conocida por sus distintivas largas túnicas y turbantes, una estructura más jerárquica y un fuerte énfasis en la pureza, la disciplina y un estilo de vida riguroso.
- Las Doce Tribus de Israel: Esta mansión se distingue por una interpretación más liberal y abierta de la Biblia, asignando a cada miembro una de las doce tribus de Israel según su mes de nacimiento, y promoviendo la lectura diaria de la Biblia.
Se estima que la población rastafari global oscila entre 700.000 y 1.000.000 de personas. Aunque la mayor concentración se encuentra en Jamaica, donde se originó, existen pequeñas pero activas comunidades en la mayoría de los principales centros urbanos del mundo, incluyendo Europa, Norteamérica, África y otras regiones. La mayoría de los rastafaris son descendientes de africanos negros, y si bien el movimiento ha atraído a personas de todas las razas, algunos grupos mantienen una membresía principalmente, o incluso exclusivamente, negra, reflejando sus orígenes como un movimiento de liberación y orgullo africano.
Preguntas Frecuentes (FAQs) sobre Haile Selassie y el Movimiento Rastafari
- ¿Quién fue Haile Selassie I?
- Haile Selassie I, nacido Tafari Makonnen, fue el último Emperador de Etiopía, gobernando desde 1930 hasta 1974. Fue una figura central en la modernización de Etiopía, un líder influyente en la política africana e internacional (miembro fundador de la ONU y primer presidente de la OUA), y es considerado una figura divina por el movimiento Rastafari.
- ¿Cuál es la conexión principal entre Haile Selassie y el Rastafari?
- La conexión es profunda y central para el Rastafari. Poco después de su coronación en 1930, el movimiento Rastafari en Jamaica comenzó a venerarlo como el Mesías bíblico retornado, la encarnación de Dios (Jah) en la Tierra. Esta creencia se basó en interpretaciones de profecías bíblicas y las palabras de figuras como Marcus Garvey.
- ¿Era Haile Selassie I un rastafari?
- No, Haile Selassie I no fue un rastafari. Él fue un cristiano ortodoxo etíope devoto y practicante durante toda su vida. Aunque era consciente de la veneración que recibía del movimiento Rastafari, él mismo nunca se identificó con sus creencias y se mantuvo firme en su fe cristiana.
- ¿Cuáles son las creencias fundamentales del movimiento Rastafari?
- Las creencias centrales incluyen el monoteísmo en un solo Dios llamado Jah, la veneración de Haile Selassie I como Jah encarnado o un profeta divino, una cosmovisión afrocéntrica que ve a la diáspora africana oprimida en "Babilonia" (sociedad occidental), y el anhelo por el retorno a "Sion" (África como la Tierra Prometida). También valoran un estilo de vida natural, la dieta Ital, los dreadlocks y el uso sacramental del cannabis.
- ¿Dónde y cuándo se originó el Rastafari?
- El movimiento Rastafari se originó en las comunidades afro-jamaicanas empobrecidas de Jamaica durante la década de 1930, poco después de la coronación de Haile Selassie I en Etiopía.
- ¿Cuántos seguidores tiene el Rastafari en el mundo?
- Se estima que el movimiento Rastafari cuenta con entre 700.000 y 1.000.000 de seguidores en todo el mundo, con la mayor concentración en Jamaica, pero con comunidades presentes en muchos otros países de Europa, Norteamérica y África, entre otros.
- ¿Cuáles fueron algunas de las críticas al gobierno de Haile Selassie I?
- Las críticas a su gobierno incluyen la represión de la aristocracia terrateniente que se oponía a sus reformas, una modernización considerada por algunos como insuficiente, acusaciones de autocracia y prácticas iliberales por parte de grupos de derechos humanos, la persecución del pueblo Harari, y políticas que llevaron a tensiones étnicas como la reubicación de amharas en el sur de Etiopía. Su figura también ha sido objeto de controversia en la actualidad, como evidencian los recientes incidentes con sus estatuas.

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