El capitán Sir John Franklin y su desafortunada expedición al Ártico parten de Greenhithe, Inglaterra.
Sir John Franklin (16 de abril de 1786 – 11 de junio de 1847) fue una figura destacada de la Marina Real Británica y un explorador del Ártico cuyo nombre se entrelaza inextricablemente con uno de los misterios más persistentes y trágicos de la historia polar. Su carrera temprana fue un testimonio de su valentía y habilidad, sirviendo activamente en las tumultuosas guerras contra la Francia napoleónica y, posteriormente, contra los Estados Unidos. Estas experiencias forjaron al hombre que más tarde se aventuraría en las gélidas extensiones del Ártico canadiense.
La fascinación de Franklin por las regiones polares lo llevó a liderar dos importantes expediciones al Ártico canadiense, explorando las complejas redes de islas del archipiélago ártico. La primera de estas tuvo lugar en 1819 y la segunda en 1825, cartografiando vastas áreas y contribuyendo significativamente al conocimiento geográfico de la época. Entre sus hazañas exploratorias, también desempeñó un papel administrativo crucial como teniente gobernador de la Tierra de Van Diemen (la actual Tasmania) desde 1839 hasta 1843, una etapa que demostró su versatilidad como líder.
Sin embargo, fue su tercera y última expedición, iniciada en 1845 con el ambicioso objetivo de atravesar el legendario Paso del Noroeste, lo que sellaría su destino y el de toda su tripulación. A bordo de dos robustos navíos, el HMS Erebus y el HMS Terror, Franklin y sus 128 hombres zarparon de Inglaterra con la esperanza de ser los primeros en conquistar este esquivo pasaje marítimo que prometía una ruta comercial entre el Atlántico y el Pacífico a través del Círculo Polar Ártico. Además de la navegación, la expedición tenía un importante componente científico: registrar datos magnéticos vitales que ayudarían a los navegantes a comprender mejor las complejidades del campo magnético terrestre en estas latitudes extremas.
La expedición se encontró con el desastre cuando, en algún momento frente a la isla King William, en lo que hoy es Nunavut, Canadá, los barcos de Franklin quedaron inexorablemente atrapados en el hielo en el estrecho de Victoria. Fue allí, en el corazón del Ártico, donde Sir John Franklin falleció el 11 de junio de 1847. El frío implacable y las condiciones extremas comenzaron a cobrar su precio. Diez meses después de la muerte de Franklin, en abril de 1848, los 105 tripulantes restantes, ya debilitados y desmoralizados, se vieron obligados a abandonar el Erebus y el Terror, esperando una salvación que nunca llegó. Todos perecieron, sucumbiendo a una combinación letal de hambre, hipotermia, escorbuto y, según investigaciones posteriores, otros factores como el envenenamiento por plomo.
La Expedición Perdida de Franklin: Un Misterio Ártico
La desaparición de la expedición de Franklin conmocionó a la sociedad victoriana. Impulsado por la incansable esposa de Franklin, Lady Jane Franklin, y la presión pública, el Almirantazgo Británico lanzó una de las operaciones de búsqueda y rescate más grandes de la historia naval a partir de 1848. Numerosas expediciones, tanto británicas como estadounidenses, se adentraron en el Ártico en las décadas siguientes, en un esfuerzo por desentrañar el destino de los barcos y sus hombres.
Un Desgarrador Recuento de la Tragedia
A lo largo de los años, las búsquedas recuperaron diversas reliquias de la expedición, desde herramientas y ropa hasta los restos humanos de algunos tripulantes. Estos hallazgos comenzaron a pintar un cuadro sombrío de lo ocurrido. Las investigaciones científicas modernas, utilizando técnicas forenses avanzadas en los restos recuperados, han arrojado luz sobre las agonías finales de la tripulación. Se ha sugerido que los hombres no murieron rápidamente, sino que sufrieron una muerte lenta y prolongada, agravada por múltiples factores.
- Hipotermia y Hambre: Las temperaturas extremas y la escasez de alimentos en un entorno tan inhóspito fueron, sin duda, causas principales.
- Escorbuto: La deficiencia severa de vitamina C, común en viajes largos sin acceso a frutas y verduras frescas, habría debilitado gravemente a los hombres.
- Envenenamiento por Plomo: Una teoría prominente sugiere que el plomo de las latas de alimentos mal selladas pudo haber contribuido significativamente al deterioro de la salud de la tripulación, causando enfermedades y desorientación.
- Deficiencia de Zinc: Otras hipótesis han propuesto la deficiencia de zinc como un factor adicional, aunque el envenenamiento por plomo sigue siendo la teoría más ampliamente aceptada en relación con los metales pesados.
- Exposición: La falta de ropa adecuada y el desgaste físico constante en un ambiente tan extremo simplemente superaron la resistencia humana.
Quizás uno de los descubrimientos más perturbadores fue la evidencia de marcas de corte en algunos de los huesos recuperados, que respaldaban las acusaciones de canibalismo ya informadas por el explorador John Rae en 1854, basándose en testimonios de inuit locales. Este detalle añadió una capa de horror a la ya trágica historia.
El Legado del Paso del Noroeste
A pesar del trágico y, en cierto modo, infame estatus de la expedición de Franklin, sus esfuerzos no fueron en vano para el gran objetivo de conquistar el Paso del Noroeste. Aunque su ruta particular resultó fatal, exploró la vecindad de lo que eventualmente se descubriría como uno de los muchos Pasajes del Noroeste posibles. El deseo de encontrar esta ruta marítima continuó impulsando la exploración polar.
De hecho, fue el capitán Robert McClure quien, liderando una de las muchas expediciones de búsqueda de Franklin, logró identificar una ruta rodeada de hielo que conectaba el Océano Atlántico con el Océano Pacífico. Su viaje, igualmente plagado de inmensos desafíos y controversias, fue un hito crucial. Sin embargo, el Paso del Noroeste no fue completamente navegado por barco en una sola temporada hasta 1906, cuando el explorador noruego Roald Amundsen lo consiguió a bordo de su pequeña goleta, el Gjøa, demostrando la extrema dificultad de la hazaña que Franklin había intentado.
El Descubrimiento de los Barcos Perdidos
El misterio de la expedición de Franklin perduró durante casi 170 años, alimentando leyendas y fascinación. Finalmente, la tecnología moderna y la persistencia investigadora brindaron respuestas. En 2014, un equipo de búsqueda canadiense liderado por Parks Canada logró localizar los restos del HMS Erebus en la parte este del golfo Queen Maud, un hallazgo monumental que capturó la imaginación del mundo.
El éxito continuó dos años después, en 2016, cuando la Arctic Research Foundation descubrió los restos del HMS Terror, curiosamente en una cala al sur de la isla King William, ahora conocida como Terror Bay. Estos descubrimientos no solo resolvieron un enigma histórico, sino que también abrieron nuevas vías para la investigación arqueológica marina. Ambos sitios de naufragio están ahora protegidos como un sitio histórico nacional combinado, y las expediciones de investigación y buceo son una ocurrencia anual, permitiendo un estudio más profundo de estos testigos silenciosos de una tragedia épica.
Preguntas Frecuentes (FAQs) sobre la Expedición de Franklin
- ¿Quién fue Sir John Franklin?
- Sir John Franklin fue un oficial de la Marina Real Británica y explorador del Ártico, conocido por sus expediciones al Ártico canadiense y, lamentablemente, por el destino de su tercera y última expedición en busca del Paso del Noroeste.
- ¿Cuál era el objetivo principal de la última expedición de Franklin?
- El objetivo principal era atravesar las últimas secciones inexploradas del Paso del Noroeste, una ruta marítima entre los océanos Atlántico y Pacífico a través del Ártico. También se buscaban registrar datos magnéticos para mejorar la navegación.
- ¿Qué les sucedió a los barcos y a la tripulación de Franklin?
- Los barcos, el HMS Erebus y el HMS Terror, quedaron atrapados en el hielo frente a la isla King William. Sir John Franklin murió en junio de 1847, y los barcos fueron abandonados en abril de 1848. Toda la tripulación de 129 hombres finalmente pereció en el Ártico.
- ¿Cuáles fueron las principales causas de muerte de los tripulantes?
- Las causas de muerte fueron múltiples e interrelacionadas, incluyendo hipotermia, hambre, escorbuto, y exposición general a un ambiente extremadamente hostil. Las investigaciones modernas también sugieren un papel significativo del envenenamiento por plomo (posiblemente de los alimentos enlatados) y hay evidencias de canibalismo en los últimos estadios de la expedición.
- ¿Cuándo y dónde fueron descubiertos los restos de los barcos?
- El pecio del HMS Erebus fue localizado en 2014 en el golfo Queen Maud, y el del HMS Terror fue hallado en 2016 en Terror Bay, al sur de la isla King William, ambos en el territorio canadiense de Nunavut.
- ¿Alguien logró finalmente navegar el Paso del Noroeste?
- Sí, el explorador noruego Roald Amundsen fue el primero en atravesar completamente el Paso del Noroeste en barco en 1906, a bordo de su goleta Gjøa, décadas después del intento fallido de Franklin.
- ¿Por qué la búsqueda de la expedición de Franklin fue tan extensa?
- La búsqueda fue extensa debido al gran interés público y la presión de Lady Jane Franklin, así como al prestigio y la ambición del Almirantazgo Británico de resolver el misterio y rescatar a los posibles supervivientes. Se convirtió en un símbolo de la era victoriana de exploración y aventura.